Coincidiendo con la celebración de la 30ª edición de La Maratón de TV3 dedicada a la salud mental, queremos explicar cuál es la participación del laboratorio cuando la situación clínica del paciente requiere un tratamiento farmacológico con prescripción médica. Y es que los análisis clínicos intervienen tanto desde el punto de vista asistencial como de investigación, incluso antes de que el médico prescriptor del tratamiento haya seleccionado la medicación.

Una analítica inicial puede ayudar a identificar cuadros psiquiátricos de origen metabólico, relativamente fáciles de tratar, como algunos trastornos hormonales, infecciones o intoxicaciones. La resolución de un problema hormonal puede llegar a resolver un cuadro mental, es el caso de los problemas asociados a las tiroides.

Cuando el paciente ya ha iniciado el tratamiento puede ser necesario monitorizar sus niveles con el fin de asegurar el cumplimiento y el efecto. Algunos fármacos presentan una variabilidad interindividual importante en su metabolismo ligado a determinadas formas moleculares de las enzimas que intervienen. Estas enzimas también se pueden estudiar con el fin de establecer si el paciente metaboliza en exceso o en defecto el fármaco, y ajustar así mejor las dosis.

En los últimos años, se está avanzando mucho en el campo de la farmacocinética y la farmacodinámica. Son disciplinas que están teniendo un papel esencial en el estudio e investigación de medicamentos y nuevos fármacos, que aportan información sobre la efectividad, la utilización y la seguridad. Con el objetivo de contribuir a que los tratamientos farmacológicos sean menos invasivos y no resten recursos personales a los pacientes a la hora de pensar y afrontar los problemas y minimicen la provocación de otros efectos secundarios.